Capítulo 2 - el principio

Marcial, Marcos y yo íbamos en mi coche a comprar unas cosas que nos hacían falta. Cuando de pronto Marcos sacó el tema.

-¿Qué tal si nos vamos de Erasmus al año que viene a Turquía?
-¡Qué gran idea! -respondió Marcial.

Yo no dije nada. Sólo escuchaba.

-El cafre y estos están allí este año y lo están pasando de puta madre. Nosotros podríamos ir y cruzarnos Europa en furgoneta hasta llegar allí.
-Suena muy bien -dijo Marcial.
-No está mal, pero estoy indeciso -dije yo.
-¿Por qué estás indeciso? ¿Tienes algo mejor que hacer?
-No.
-Pues ya está, tú te vienes. La universidad es de puta madre.
-Lo pasaremos muy bien allí -agregó Marcial.
-Bueno, puede que vaya, pero... ¿Qué hay que hacer para apuntarse? Yo apenas sé inglés.
-Hay que apuntarse al examen de idiomas y solicitar la beca.
-Yo seguro que suspendo.
-No hombre, seguro que apruebas, todo el mundo aprueba.
-Bueno, ya veré. En realidad me ilusiona hacer algo así.

Llegó el día del examen. No había estudiado nada. Yo había suspendido inglés en toda la EGB, siempre me aprobaban en septiembre por pena. Luego en administrativo tuve un profesor que se pasaba el día hablando de su vida y no nos enseñaba nada. El día del examen nos preguntaba qué nota queríamos sacar y se la decíamos y nos la ponía.

Repartieron las hojas uno a uno. El profesor insistió en decirnos que no diésemos la vuelta a las hojas hasta que hubiese repartido todas. Teníamos el DNI sobre la mesa para comprobar nuestra identidad, para que no se presentasen unos por otros. Acabó de repartir y di la vuelta a mis hojas. Me sorprendí al ver que todas mis hojas estaban contestadas, había circulitos en las respuestas correctas, las pocas que sabía vi que estaban bien contestadas. Yo no hice nada, me callé como una puta y copié en mi hoja las respuestas, una por una.

Salí de allí convencido de que el destino quería que me fuese a Turquía, que era una auténtica señal de Dios que me hubiese tocado un examen con las respuestas escritas.

Llegó el día de la subasta de las plazas, yo tenía la plaza número once, saqué un B1 en el examen que milagrosamente me tocó. Marcial tenía la primera plaza porque tenía el título de inglés avanzado. Él dijo cuando le tocó la universidad Anadolu. Yo hice lo propio y diez españoles eligieron el mismo destino.

La aventura no hacía más que comenzar.